En 2013, Europa se sorprendió al descubrir que los productos de carne de vacuno elaborados en su territorio contenían carne de caballo. Este escándalo sacudió a la industria alimentaria y puso de manifiesto una falla en la trazabilidad de la cadena de suministro de alimentos. Posteriormente, se supo que se había encontrado ADN animal no revelado durante pruebas de laboratorio en diversos productos de carne de vacuno.
Una década después, muchos se sienten asqueados por la desagradable contaminación de otro producto básico de la vida diaria. ¡Hay algo de digital en la cadena de discos analógica! El mundo audiófilo despertó el 20 de junio con el vídeo confesional ( véalo aquí ) en el que Mike Esposito, de la tienda de discos The In Groove, entrevistó a tres ingenieros de sonido de la legendaria casa de masterización Mobile Fidelity Sound Lab (MOFI). Esta grabación confirmó las especulaciones previas de otros audiófilos venerados, Michael Fremer y Michael Ludwigs.
Haga clic en la imagen para ver el vídeo.
La revelación de que MOFI había estado grabando digitalmente las viejas cintas maestras analógicas originales en formato Direct Stream Digital (4xDSD, para ser exactos) sacudió a una pequeña porción de la comunidad mundial del vinilo y generó una cantidad escandalosa de opiniones para un mercado tan nicho.
YouTubers, blogueros que siguen la corriente como nosotros y medios como The Washington Post incluso se involucraron. Sin embargo, donde mis opiniones difieren enormemente de las de la gran mayoría es en que me da igual . ¡Todos sabemos que esto lleva décadas ocurriendo en todos los géneros, no solo en los círculos musicales alternativos!
Verán, los lectores habituales sabrán que mis gustos son, en general, posteriores a los 90, y los aficionados a la música más ingeniosos habrán sospechado que había un "paso" digital presente en todos los discos y cintas que comprábamos; cuanto más se busca, más se ve. La cinta de audio digital, a menudo abreviada como DAT, tiene 35 años y se usó ampliamente como cinta maestra. Las estaciones de trabajo de audio digital (DAW) han estado en movimiento desde los 70, los samplers digitales se convirtieron en productos comunes en los 80, y todos los estudios de dormitorio tenían un ordenador Amigo con Cubase en los 90, que fue cuando me adentré en el mundo de la música en serio.
Las consecuencias han sido muy predecibles; es predecible que los viejos le griten a una nube. Ecos de "Cancelo mis pedidos anticipados..." o "¡No volveré a comprar un MOFI!" se escuchan por encima del ronroneo de las voces descontentas. ¡Incluso los cristianos de los 60 que quemaban discos de los Beatles tenían más veneno que estos tipos! Yo no era consciente de que mi Big Mac tenía algo de potro salvaje y aun así lo disfruté, pero los entendidos que tampoco pudieron saborear el semental en su Slider ahora están escupiendo plumas.
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